miércoles, 12 de noviembre de 2008
Armas del futuro parte 2
La nueva visión de las fuerzas armadas estadounidenses implicará la introducción de muchas tecnologías novedosas, pero también podría significar que varios programas favorecidos en estos momentos se tengan que suspender o cambiar de forma significativa.
Cada uno de los cuerpos armados tendrá que considerar detenida y seriamente qué va a hacer y con cuáles equipos podrá hacerlo.
Tanques Abrams
Desde hace mucho, el brazo de mayor pegada del ejército estadounidense ha sido su brigada de equipos blindados pesados, centrada en los tanques y en el apoyo de varios otros vehículos de tracción tipo oruga.
Aunque demostraron su importancia en la Guerra del Golfo, en 1991, se les considera demasiado voluminosos y anticuados para el nuevo entorno de seguridad.
Cañón autopropulsado "Crusader"
Los programas relacionados con equipos pesados como el cañón autopropulsado "Crusader" podrían estar entre las primeras víctimas de los cortes presupuestarios de Bush.
Sin embargo, los partidarios del "Crusader" han organizado una gran campaña en su defensa, a través de artículos periodísticos y actividades de cabildeo en el Capitolio.
Vehículos de combate blindados y ligeros AFV y LAV
El ejército de EE.UU. ha hecho grandes inversiones -3 en tratar de "digitalizar" sus fuerzas blindadas, lo que, sin dudas, ha mejorado su capacidad de ataque, pero ha tenido poco efecto sobre su movilidad.
El primer "Equipo de Combate Inicial de Brigada (IBCT)" se estableció en la costa atlántica de Estados Unidos, con vehículos blindados sobre ruedas de gran capacidad.
Algunos expertos plantean que el ejército debería dejar atrás las orugas y transformarse en una fuerza completamente sobre ruedas.
El "guerrero de tierra"
El programa "Land Warrior" ("Guerrero de tierra") tiene por objeto aprovechar los adelantos del procesamiento digital de imágenes y de los sistemas informáticos para beneficio individual del soldado de infantería.
El sistema es engorroso, pero funciona, y programas como éste parecen estar destinados a revolucionar el papel del soldado de infantería.
El aeroplano de rotores basculantes V-22
Los rotores basculantes del problemático Osprey han tenido varios accidentes y han estado bajo la mira debido a acusaciones de que los resultados de sus pruebas fueron interpretados a conveniencia.
Se espera que este aparato, que despega como un helicóptero y vuela como un avión, transforme radicalmente la forma en que el Cuerpo de Infantería de Marina estadounidense se desplaza de los barcos a la costa y ofrece muchas ventajas sobre su única alternativa: nuevos helicópteros.
Sin embargo, sus potenciales beneficiados tendrán que conformarse con helicópteros, si se decide cancelar el programa del Osprey.
Caza F-22
El F-22 es el avión de combate "de primera clase" de la fuerza aérea estadounidense del futuro.
Sus características de baja observabilidad al radar y su capacidad de volar a velocidades supersónicas mayores que las del F-15 indican que estarían a la vanguardia en cualquier guerra aérea del porvenir.
La Fuerza Aérea de EE.UU. quiere comprar 339 cazas F-22, pero son muy costosos y quienes se oponen a la idea plantean que el país no puede darse el lujo de pagar por una "bala de plata" de esa naturaleza.
El cazabombardero "Joint Strike Fighter"
Las cosas se han complicado por otro importante programa -el avión monoplaza de función múltiple "Joint Strike Fighter"- que piensan adquirir la Fuerza Aérea, la Marina y el Cuerpo de Artillería de Marina de EE.UU., así como una serie de sus aliados, en especial el Reino Unido, que quiere incorporar la versión naval en sus futuros portaviones.
Los detractores del programa dicen que se deberían comprar menos F-22 o que uno de los programas debería cancelarse.
Debido al interés expresado fuera de EE.UU., será más difícil suspender un programa como éste, que incluye el tal vez mayor contrato de defensa de la historia y podría tener serias repercusiones sobre el empleo y el futuro de la industria de defensa en el país.
Bombardero B2 "Predador"
Cada vez más analistas plantean que EE.UU. tendrá que desarrollar equipos de mayor alcance pues las bases de la vanguardia son vulnerables a los mísiles del enemigo y algunos expertos dicen que la Fuerza Aérea debería adquirir más bombarderos de largo alcance como el B-2.
Se han realizado experimentos con vehículos aéreos no tripulados, que parecen destinados a desempeñar una mayor variedad de funciones en el futuro.
Portaviones de la clase Nimitz
Durante mucho tiempo, ha sido fundamental el papel de los portaviones y sus grupos de combate adjuntos en el poderío naval de Estados Unidos.
Sin embargo, sus críticos plantean que son vulnerables, que la clase del gigante Nimitz debe ser más pequeña y que se requieren menos grupos de combate.
Podrían reducirse de 12 a 10, a lo que la Marina se opondrá tenazmente.
Destructor DD-21
El futuro del poderío naval está en embarcaciones como el propuesto destructor DD-21.
Las naves de guerra del mañana enfatizarán la reduccción de los costos operativos sin afectar la capacidad de combate.
Podrán ser propulsadas por energía eléctrica y tener tripulaciones mucho menores que las de las embarcaciones de hoy en día.
Cada uno de los cuerpos armados tendrá que considerar detenida y seriamente qué va a hacer y con cuáles equipos podrá hacerlo.
Tanques Abrams
Desde hace mucho, el brazo de mayor pegada del ejército estadounidense ha sido su brigada de equipos blindados pesados, centrada en los tanques y en el apoyo de varios otros vehículos de tracción tipo oruga.
Aunque demostraron su importancia en la Guerra del Golfo, en 1991, se les considera demasiado voluminosos y anticuados para el nuevo entorno de seguridad.
Cañón autopropulsado "Crusader"
Los programas relacionados con equipos pesados como el cañón autopropulsado "Crusader" podrían estar entre las primeras víctimas de los cortes presupuestarios de Bush.
Sin embargo, los partidarios del "Crusader" han organizado una gran campaña en su defensa, a través de artículos periodísticos y actividades de cabildeo en el Capitolio.
Vehículos de combate blindados y ligeros AFV y LAV
El ejército de EE.UU. ha hecho grandes inversiones -3 en tratar de "digitalizar" sus fuerzas blindadas, lo que, sin dudas, ha mejorado su capacidad de ataque, pero ha tenido poco efecto sobre su movilidad.
El primer "Equipo de Combate Inicial de Brigada (IBCT)" se estableció en la costa atlántica de Estados Unidos, con vehículos blindados sobre ruedas de gran capacidad.
Algunos expertos plantean que el ejército debería dejar atrás las orugas y transformarse en una fuerza completamente sobre ruedas.
El "guerrero de tierra"
El programa "Land Warrior" ("Guerrero de tierra") tiene por objeto aprovechar los adelantos del procesamiento digital de imágenes y de los sistemas informáticos para beneficio individual del soldado de infantería.
El sistema es engorroso, pero funciona, y programas como éste parecen estar destinados a revolucionar el papel del soldado de infantería.
El aeroplano de rotores basculantes V-22
Los rotores basculantes del problemático Osprey han tenido varios accidentes y han estado bajo la mira debido a acusaciones de que los resultados de sus pruebas fueron interpretados a conveniencia.
Se espera que este aparato, que despega como un helicóptero y vuela como un avión, transforme radicalmente la forma en que el Cuerpo de Infantería de Marina estadounidense se desplaza de los barcos a la costa y ofrece muchas ventajas sobre su única alternativa: nuevos helicópteros.
Sin embargo, sus potenciales beneficiados tendrán que conformarse con helicópteros, si se decide cancelar el programa del Osprey.
Caza F-22
El F-22 es el avión de combate "de primera clase" de la fuerza aérea estadounidense del futuro.
Sus características de baja observabilidad al radar y su capacidad de volar a velocidades supersónicas mayores que las del F-15 indican que estarían a la vanguardia en cualquier guerra aérea del porvenir.
La Fuerza Aérea de EE.UU. quiere comprar 339 cazas F-22, pero son muy costosos y quienes se oponen a la idea plantean que el país no puede darse el lujo de pagar por una "bala de plata" de esa naturaleza.
El cazabombardero "Joint Strike Fighter"
Las cosas se han complicado por otro importante programa -el avión monoplaza de función múltiple "Joint Strike Fighter"- que piensan adquirir la Fuerza Aérea, la Marina y el Cuerpo de Artillería de Marina de EE.UU., así como una serie de sus aliados, en especial el Reino Unido, que quiere incorporar la versión naval en sus futuros portaviones.
Los detractores del programa dicen que se deberían comprar menos F-22 o que uno de los programas debería cancelarse.
Debido al interés expresado fuera de EE.UU., será más difícil suspender un programa como éste, que incluye el tal vez mayor contrato de defensa de la historia y podría tener serias repercusiones sobre el empleo y el futuro de la industria de defensa en el país.
Bombardero B2 "Predador"
Cada vez más analistas plantean que EE.UU. tendrá que desarrollar equipos de mayor alcance pues las bases de la vanguardia son vulnerables a los mísiles del enemigo y algunos expertos dicen que la Fuerza Aérea debería adquirir más bombarderos de largo alcance como el B-2.
Se han realizado experimentos con vehículos aéreos no tripulados, que parecen destinados a desempeñar una mayor variedad de funciones en el futuro.
Portaviones de la clase Nimitz
Durante mucho tiempo, ha sido fundamental el papel de los portaviones y sus grupos de combate adjuntos en el poderío naval de Estados Unidos.
Sin embargo, sus críticos plantean que son vulnerables, que la clase del gigante Nimitz debe ser más pequeña y que se requieren menos grupos de combate.
Podrían reducirse de 12 a 10, a lo que la Marina se opondrá tenazmente.
Destructor DD-21
El futuro del poderío naval está en embarcaciones como el propuesto destructor DD-21.
Las naves de guerra del mañana enfatizarán la reduccción de los costos operativos sin afectar la capacidad de combate.
Podrán ser propulsadas por energía eléctrica y tener tripulaciones mucho menores que las de las embarcaciones de hoy en día.
equipamiento del futuro
Adiós a la imagen del soldado perdido en el campo de batalla, orientado por los rudimentarios sistemas de localización que le llevaban a caer, en muchas ocasiones, en manos enemigas. En España ha nacido ya el soldado interactivo, conectado a un sistema de red que le permite conocer su posición en el campo de batalla y saber dónde y en qué situación se encuentra el pelotón del que forma parte. Atrás queda el romanticismo de situaciones que tanto han inspirado a guionistas cinematográficos, que han convertido de la desolación del soldado perdio en mitad del fuego enemigo, en temática central de grandes producciones del otro lado del Atlántico.
El denominado Combatiente Futuro (Comfut) ya es una realidad con la entrega, por parte de EADS, a la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, de los primeros doce equipos individuales que forman parte de un programa de equipamiento del futuro soldado del Ejército de Tierra, que será ahora sometido a pruebas en la Academia de Infantería de Toledo.
Con este programa de equipamientos avanzados para los militares españoles, se trata de aumentar la eficacia y la protección de los soldados españoles, incorporando novedades como optrónica, mando y control, fuente de alimentación, equipamiento y protección balísticas y simulador de duelo y otros sistemas de apoyo.
El conjunto del nuevo equipamiento funcionará de forma integrada y el soldado trabajará en un entorno de red, ya que, a través de censores, el Comfut será consciente en cada momento de la situación en la que se encuentra, de su posición en el campo de batalla, la de sus compañeros y la de sus enemigos, aumentando notablemente su eficacia. Al mismo tiempo, y gracias a las protecciones balísticas y el equipamiento diseñado para este fin, aumentará su seguridad y confort, pudiendo operar día y noche y en cualquier condición meteorológica. Este nuevo uniforme también permitirá una reducción de la firma infrarroja y proporcionará superioridad al combatiente en condiciones de poca visibilidad. El traje garantizará un alto grado de confort y estabilidad térmica.
Este programa se inició en septiembre de 2006 con la selección de EADS como empresa adjudicataria del programa, liderando un grupo de subcontratistas españolas entre las que se encuentran las empresas Indra, Fedur, GMV, Iturri y Amopack. El presupuesto total de esta iniciativa de I+D es de 24,5 millones de euros. Una vez cumplido el primer hito importante de esta renovación tecnológica del Ejército español, la entrega de los dos pelotones restantes está prevista para final de 2008.
El denominado Combatiente Futuro (Comfut) ya es una realidad con la entrega, por parte de EADS, a la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, de los primeros doce equipos individuales que forman parte de un programa de equipamiento del futuro soldado del Ejército de Tierra, que será ahora sometido a pruebas en la Academia de Infantería de Toledo.
Con este programa de equipamientos avanzados para los militares españoles, se trata de aumentar la eficacia y la protección de los soldados españoles, incorporando novedades como optrónica, mando y control, fuente de alimentación, equipamiento y protección balísticas y simulador de duelo y otros sistemas de apoyo.
El conjunto del nuevo equipamiento funcionará de forma integrada y el soldado trabajará en un entorno de red, ya que, a través de censores, el Comfut será consciente en cada momento de la situación en la que se encuentra, de su posición en el campo de batalla, la de sus compañeros y la de sus enemigos, aumentando notablemente su eficacia. Al mismo tiempo, y gracias a las protecciones balísticas y el equipamiento diseñado para este fin, aumentará su seguridad y confort, pudiendo operar día y noche y en cualquier condición meteorológica. Este nuevo uniforme también permitirá una reducción de la firma infrarroja y proporcionará superioridad al combatiente en condiciones de poca visibilidad. El traje garantizará un alto grado de confort y estabilidad térmica.
Este programa se inició en septiembre de 2006 con la selección de EADS como empresa adjudicataria del programa, liderando un grupo de subcontratistas españolas entre las que se encuentran las empresas Indra, Fedur, GMV, Iturri y Amopack. El presupuesto total de esta iniciativa de I+D es de 24,5 millones de euros. Una vez cumplido el primer hito importante de esta renovación tecnológica del Ejército español, la entrega de los dos pelotones restantes está prevista para final de 2008.

Armas del futuro
Armas del futuro
Lo que ahora llamamos armas del futuro dentro de poco dejará de ser una fantasía de películas como Star Wars y Star Trek. En gran medida gracias al avance que dio el Pentagono en el año 2005 cuando consiguió fundir lasers en estado liquido y sólido para reducir el tamaño y el peso. Actualmente están desarrollando un sistema para cazas de combate que sería capaz de interceptar cohetes y aviones enemigos. Se espera que vea la luz en un en no demasiado tiempo.
También el sector privado está dedicando recursos en rifles láser. Un ejemplo es la empresa Northrop Grumman que a principios de año ha inaugurado una fábrica con el objetivo de producir varios láser de 100 KW para un futuro. El gobierno israelí se ha interesado en usar estas armas como escudo defensivo en instalaciones delicadas como pueden ser bases militares, puertos o aeropuertos.
Otro caso es el de Boeing que está trabajando en el proyecto ‘Advanced Tactical Laser’ (ATL), nombre que recibe un dispositivo que se acoplará en aviones de carga como el ‘Hércules’ para atacar objetivos terrestres con una precisión hasta ahora nunca conseguida con misiles. Otra ventaja del láser es su bajo coste porque no necesita nada más que electricidad para funcionar, mientras que misiles como el Tomahawk están a millón de dolares la unidad.Un de las metas para el futuro próximo de los investigadores militares es el desarrollo de un arma láser portátil.
Los expertos consideran que cuando la tecnología haya madurado será posible fabricar armas que dotará a las fuerzas especiales de la capacidad para perforar superficies blindadas gracias al láser.
También se podrá regular la potencia estos rifles para dotarlos de un modo no letal por el que se ha mostrado muy interesada la armada.
También el sector privado está dedicando recursos en rifles láser. Un ejemplo es la empresa Northrop Grumman que a principios de año ha inaugurado una fábrica con el objetivo de producir varios láser de 100 KW para un futuro. El gobierno israelí se ha interesado en usar estas armas como escudo defensivo en instalaciones delicadas como pueden ser bases militares, puertos o aeropuertos.
Otro caso es el de Boeing que está trabajando en el proyecto ‘Advanced Tactical Laser’ (ATL), nombre que recibe un dispositivo que se acoplará en aviones de carga como el ‘Hércules’ para atacar objetivos terrestres con una precisión hasta ahora nunca conseguida con misiles. Otra ventaja del láser es su bajo coste porque no necesita nada más que electricidad para funcionar, mientras que misiles como el Tomahawk están a millón de dolares la unidad.Un de las metas para el futuro próximo de los investigadores militares es el desarrollo de un arma láser portátil.
Los expertos consideran que cuando la tecnología haya madurado será posible fabricar armas que dotará a las fuerzas especiales de la capacidad para perforar superficies blindadas gracias al láser.
También se podrá regular la potencia estos rifles para dotarlos de un modo no letal por el que se ha mostrado muy interesada la armada.

miércoles, 1 de octubre de 2008
La Nanotecnología
La nanotecnología promete armas más destructivas que las nucleares
Los elementos para su fabricación estarán al alcance de cualquier país o grupo terrorista dentro de 20 años
La nanotecnología promete para los próximos 20 años armas del tamaño de una molécula que serán más destructivas que las nucleares, químicas y biológicas actuales: un bolígrafo podría destruir toda una ciudad. Cualquier país o grupo terrorista podrá disponer de ellas porque los materiales necesarios para su fabricación estarán por todas partes debido a los múltiples usos de las nanotecnologías. Aunque mejorarán las capacidades defensivas de los países pioneros, las nanoarmas cambiarán las reglas de la disuasión y los actuales esquemas de poder mundial. Los expertos advierten de la necesidad de adopar medidas legales y políticas preventivas. Por Yaiza Martínez.
La nanotecnología puede dar lugar a una nueva generación de armas con una capacidad de destrucción y de disuasión superiores a las del armamento nuclear, químico y biológico, que estarán al alcance de cualquier pequeño país o grupo terrorista, advierte la revista Signal, perteneciente a la Armed Forces Communications and Electronics Association. La nanotecnología es el desarrollo y la aplicación práctica de estructuras y sistemas en una escala nanométrica: entre 1 y 100 nanómetros (un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro). La nanotecnología se ocupa por tanto de la fabricación y el control de estructuras y máquinas del tamaño de las moléculas. Las aplicaciones más prometedoras de esta ciencia, que aún no se ha desarrollado plenamente, son la energía, la agricultura, el tratamiento de las aguas, el tratamiento de enfermedades, la administración de fármacos, el procesamiento de alimentos, la contaminación, la construcción, la monitorización de la salud y la detección y el control de plagas. Pero la nanotecnología también promete avances en otro campo no menos significativo, la industria armamentística, si bien los expertos no coinciden completamente respecto a lo que las evoluciones previsibles que la tecnología de lo más pequeño pueda aportar a los sistemas de defensa en las próximas décadas. A corto plazo, la nanotecnología dará lugar a materiales más ligeros y fuertes con propiedades distintas a las de los materiales que conocemos hoy, lo que supondrá una importante transformación de los sistemas de armamentos. Las propiedades de estos materiales podrán ser modificadas y controladas como se quiera: fibras inteligentes que pueden cambiar su color, características electrónicas o su forma; sistemas inteligentes o super materiales, realizados con componentes de precisión atómica, lo que puede llevar a estructuras moleculares con alta conductividad eléctrica o potencia. Armas del futuro A más largo plazo, la nanotecnología servirá para desarrollar armas biológicas inteligentes, capaces de buscar y dañar a humanos indefensos. En una sola maleta podrían caber millones de armas de este tipo, cargadas de capacidad destructora. Las nanoarmas se podrán dirigir con mucha más precisión que las actuales y provocarán la incertidumbre respecto a las capacidades del adversario. Asimismo, darán menos tiempo de respuesta a un ataque y mejorarán la capacidad de dirigir la destrucción de los recursos del enemigo. Materiales capaces de reconfigurarse también estarán a disposición de los militares. Gracias a la nanotecnología, estos materiales inteligentes cambiarán de forma tanto como los músculos humanos. Por ejemplo, en el campo de batalla una mochila podría transformarse en un arma rápidamente, luego en una tienda de campaña, y luego en un arma de nuevo. Estas armas serán invisibles para los satélites y para el ojo humano, por lo que estarán fuera de control. De ahí viene su principal peligro. Comunicaciones y sensores Otro de los aspectos militares relacionados con la nanotecnología se refiere e las comunicaciones, destaca la revista Signal. En otro artículo, la revista cuenta los planes del New Jersey Nanotechnology Consortium, fundado hace tres años por Lucent Technologies y los laboratorios Bell, que incluyen importantes desarrollos nanotecnológicos relacionados con la defensa. Lo que se pretende con las comunicaciones es aumentar la capacidad de acceso entre los satélites y las estaciones terrestres mediante el uso de nanotecnologías. Sensores basados en nanotecnologías es otro de los objetivos de estas investigaciones en curso. Permitirían observar la superficie terrestre y el fondo del mar mediante lentes que funcionan como el ojo humano. También se trabaja en nanosensores con la misma capacidad olfativa que un perro, así como en nanomicrófonos que eliminan el ruido de fondo de un campo de batalla, limpiando las comunicaciones. La creación de un interfaz biológico hombre máquina, capaz de conseguir que un arma reconozca a su dueño y sólo actúe bajo sus órdenes (al igual que un perro), es otro campo de investigación con fines militares, así como la creación de nanopartículas generadoras de luz para las telecomunicaciones sin necesidad de laser. La detección de campos magnéticos débiles, como el de un rifle o el de un submarino, capaces de activar medidas defensivas anticipadas que neutralicen un ataque, es otro campo de las investigaciones militares en nanotecnologías. Armas más capaces Pero la nanotecnología no servirá sólo para crear nuevas generaciones de armas, sino que las armas ya existentes pueden aumentar su capacidad destructora hasta límites insospechados. Por ejemplo, los fusiles serán más potentes, y sus balas podrán dirigirse hacia el objetivo deseado incluso con lecturas de ADN. Los materiales para la aviación serán más ligeros y de mayor rendimiento y, al estar fabricados con una mínima cantidad de metal, serán mucho más difíciles de detectar por radar. Por lo general, se considera que las armas basadas en las nanotecnologías tendrán una capacidad de destrucción masiva superior a la de las armas nucleares, químicas y biológicas. La diseminación de estas armas nanotecnológicas será inevitable y la disuación nuclear (que impide un ataque porque supone la destrucción de los dos países beligerantes) dejará de tener sentido porque cualquier país podrá derrotar a su enemigo en un primer ataque sin represalias posibles. Al respecto, puede pensarse en el lanzamiento de nanorobots desde un avión sobre el campo enemigo, con capacidad de dañar la electrónica adversaria, inflitrarse en el cuerpo de los soldados o dormir en su sangre hasta que son activados por una señal… Son algunos de los escenarios plausibles diseñados por estrategas militares. La gran diferencia respecto a estas armas convencionales, es que las armas nanotecnológicas serán accesibles con mucha facilidad a pequeños países y grupos terroristas, ya que los materiales necesarios para su fabricación estarán por todas partes debido a los múltiples usos civiles de las nanotecnologías.
Ventajas defensivas Desde otra perspectiva, las nanotecnologías pueden también aportar grandes ventajas, como mejorar la capacidad defensiva de un país detectando con mucho tiempo a un posible agresor o disponiendo de armas del tamaño de un bolígrafo con capacidad para destruir toda una ciudad. Investigaciones en curso en Estados Unidos pretenden conseguir mallas capaces de proteger de radioactividad a los soldados y que podrían servir al mismo tiempo para actuar como compresas ante las heridas. Otras investigacioones nanotecnológicas pretenden disminuir el estrés de los soldados y aumentar su capacidad de movimiento en el campo de batalla. Otra ventaja teórica es que las nanotecnologías pueden aportar armas más limpias y seguras que causen menos daños colaterales que las convencionales, sin olvidar las capacidades experimentales de nanorobots espías. Sin embargo, la primera preocupación en lo que respecta al desarrollo de estas armas es la toxicidad. Productos que a niveles no moleculares no resultan tóxicos, permitidos incluso por los ministerios de sanidad en los alimentos, podrían ser enormemente tóxicos a nivel nanométrico. Según Signal, la nanotecnología va a suponer una gran revolución industrial que no será exclusiva de Estados Unidos, que aún va a la cabeza en este sector, sino que también se dará en otros países al mismo tiempo. Estados Unidos es uno de los países en los que más se está desarrollando la nanotecnología, pero China es especialmente ambiciosa en este campo. El número de ingenieros especializados en esta rama de la tecnología en China es mayor que en Estados Unidos, lo que supone un riesgo para los norteamericanos, que no podrán hacerle frente en 20 ó 30 años. La India también está investigando seriamente en este sector. Medidas preventivas Para evitar los posibles problemas derivados de este desarrollo, en cada nación deberían evaluarse las consecuencias del desarrollo de esta industria, y las necesidades legislativas. En Estados Unidos diversas empresas trabajan ya en nanotecnología, por lo que el desarrollo de este sector podría ser más rápido de lo esperado, y sus consecuencias aún no han sido medidas por las instituciones pertinentes. En lo que se refiere al terreno militar, la legislación debería ponerse en marcha rápidamente. Los peligros que entraña la nanotecnología no tienen precedentes. Según especialistas norteamericanos, el trabajo en nanotecnología en Arabia Saudí, por ejemplo, podría caer fácilmente en manos de al-Qaida o de cualquier grupo terrorista sin escrúpulos. Cualquier país podría hacer un uso inadecuado de esta tecnología puntera, con fines tan dañinos que no tendrían precedentes. ¿Cómo podrían legislarse una serie de armas invisibles? ¿De qué forma se podría controlar el daño que serían capaces de hacer? Por eso son necesarias cada vez más las políticas que controlen la nanotecnología, especialmente a partir de los próximos 15 años, advierte el Foresight Institute de Palo Alto, en California. La labor de este instituto es ayudar a preparar a la sociedad para hacer frente a las tecnologías más avanzadas, especialmente a la nanotecnología. De esta forma, la nanotecnología armamentística podría desestabilizar las relaciones internacionales, puesto que provocaría la imposibilidad de vigilar a los países enemigos, aumentaría la posibilidad de ataque a personas en vez de a lugares y también haría crecer el número de países con capacidad de destrucción global. Asimismo, podría acabar con el control de los países más poderosos. De confirmarse los escenarios nanotecnológicos previstos en el campo militar, donde la carrera por el liderazgo ya ha empezado, nos adentraríamos en una situación histórica inédita sobre cuyos peligros alertan cada vez con más claridad los expertos que investigan en este campo.
Los elementos para su fabricación estarán al alcance de cualquier país o grupo terrorista dentro de 20 años
La nanotecnología promete para los próximos 20 años armas del tamaño de una molécula que serán más destructivas que las nucleares, químicas y biológicas actuales: un bolígrafo podría destruir toda una ciudad. Cualquier país o grupo terrorista podrá disponer de ellas porque los materiales necesarios para su fabricación estarán por todas partes debido a los múltiples usos de las nanotecnologías. Aunque mejorarán las capacidades defensivas de los países pioneros, las nanoarmas cambiarán las reglas de la disuasión y los actuales esquemas de poder mundial. Los expertos advierten de la necesidad de adopar medidas legales y políticas preventivas. Por Yaiza Martínez.
La nanotecnología puede dar lugar a una nueva generación de armas con una capacidad de destrucción y de disuasión superiores a las del armamento nuclear, químico y biológico, que estarán al alcance de cualquier pequeño país o grupo terrorista, advierte la revista Signal, perteneciente a la Armed Forces Communications and Electronics Association. La nanotecnología es el desarrollo y la aplicación práctica de estructuras y sistemas en una escala nanométrica: entre 1 y 100 nanómetros (un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro). La nanotecnología se ocupa por tanto de la fabricación y el control de estructuras y máquinas del tamaño de las moléculas. Las aplicaciones más prometedoras de esta ciencia, que aún no se ha desarrollado plenamente, son la energía, la agricultura, el tratamiento de las aguas, el tratamiento de enfermedades, la administración de fármacos, el procesamiento de alimentos, la contaminación, la construcción, la monitorización de la salud y la detección y el control de plagas. Pero la nanotecnología también promete avances en otro campo no menos significativo, la industria armamentística, si bien los expertos no coinciden completamente respecto a lo que las evoluciones previsibles que la tecnología de lo más pequeño pueda aportar a los sistemas de defensa en las próximas décadas. A corto plazo, la nanotecnología dará lugar a materiales más ligeros y fuertes con propiedades distintas a las de los materiales que conocemos hoy, lo que supondrá una importante transformación de los sistemas de armamentos. Las propiedades de estos materiales podrán ser modificadas y controladas como se quiera: fibras inteligentes que pueden cambiar su color, características electrónicas o su forma; sistemas inteligentes o super materiales, realizados con componentes de precisión atómica, lo que puede llevar a estructuras moleculares con alta conductividad eléctrica o potencia. Armas del futuro A más largo plazo, la nanotecnología servirá para desarrollar armas biológicas inteligentes, capaces de buscar y dañar a humanos indefensos. En una sola maleta podrían caber millones de armas de este tipo, cargadas de capacidad destructora. Las nanoarmas se podrán dirigir con mucha más precisión que las actuales y provocarán la incertidumbre respecto a las capacidades del adversario. Asimismo, darán menos tiempo de respuesta a un ataque y mejorarán la capacidad de dirigir la destrucción de los recursos del enemigo. Materiales capaces de reconfigurarse también estarán a disposición de los militares. Gracias a la nanotecnología, estos materiales inteligentes cambiarán de forma tanto como los músculos humanos. Por ejemplo, en el campo de batalla una mochila podría transformarse en un arma rápidamente, luego en una tienda de campaña, y luego en un arma de nuevo. Estas armas serán invisibles para los satélites y para el ojo humano, por lo que estarán fuera de control. De ahí viene su principal peligro. Comunicaciones y sensores Otro de los aspectos militares relacionados con la nanotecnología se refiere e las comunicaciones, destaca la revista Signal. En otro artículo, la revista cuenta los planes del New Jersey Nanotechnology Consortium, fundado hace tres años por Lucent Technologies y los laboratorios Bell, que incluyen importantes desarrollos nanotecnológicos relacionados con la defensa. Lo que se pretende con las comunicaciones es aumentar la capacidad de acceso entre los satélites y las estaciones terrestres mediante el uso de nanotecnologías. Sensores basados en nanotecnologías es otro de los objetivos de estas investigaciones en curso. Permitirían observar la superficie terrestre y el fondo del mar mediante lentes que funcionan como el ojo humano. También se trabaja en nanosensores con la misma capacidad olfativa que un perro, así como en nanomicrófonos que eliminan el ruido de fondo de un campo de batalla, limpiando las comunicaciones. La creación de un interfaz biológico hombre máquina, capaz de conseguir que un arma reconozca a su dueño y sólo actúe bajo sus órdenes (al igual que un perro), es otro campo de investigación con fines militares, así como la creación de nanopartículas generadoras de luz para las telecomunicaciones sin necesidad de laser. La detección de campos magnéticos débiles, como el de un rifle o el de un submarino, capaces de activar medidas defensivas anticipadas que neutralicen un ataque, es otro campo de las investigaciones militares en nanotecnologías. Armas más capaces Pero la nanotecnología no servirá sólo para crear nuevas generaciones de armas, sino que las armas ya existentes pueden aumentar su capacidad destructora hasta límites insospechados. Por ejemplo, los fusiles serán más potentes, y sus balas podrán dirigirse hacia el objetivo deseado incluso con lecturas de ADN. Los materiales para la aviación serán más ligeros y de mayor rendimiento y, al estar fabricados con una mínima cantidad de metal, serán mucho más difíciles de detectar por radar. Por lo general, se considera que las armas basadas en las nanotecnologías tendrán una capacidad de destrucción masiva superior a la de las armas nucleares, químicas y biológicas. La diseminación de estas armas nanotecnológicas será inevitable y la disuación nuclear (que impide un ataque porque supone la destrucción de los dos países beligerantes) dejará de tener sentido porque cualquier país podrá derrotar a su enemigo en un primer ataque sin represalias posibles. Al respecto, puede pensarse en el lanzamiento de nanorobots desde un avión sobre el campo enemigo, con capacidad de dañar la electrónica adversaria, inflitrarse en el cuerpo de los soldados o dormir en su sangre hasta que son activados por una señal… Son algunos de los escenarios plausibles diseñados por estrategas militares. La gran diferencia respecto a estas armas convencionales, es que las armas nanotecnológicas serán accesibles con mucha facilidad a pequeños países y grupos terroristas, ya que los materiales necesarios para su fabricación estarán por todas partes debido a los múltiples usos civiles de las nanotecnologías.
Ventajas defensivas Desde otra perspectiva, las nanotecnologías pueden también aportar grandes ventajas, como mejorar la capacidad defensiva de un país detectando con mucho tiempo a un posible agresor o disponiendo de armas del tamaño de un bolígrafo con capacidad para destruir toda una ciudad. Investigaciones en curso en Estados Unidos pretenden conseguir mallas capaces de proteger de radioactividad a los soldados y que podrían servir al mismo tiempo para actuar como compresas ante las heridas. Otras investigacioones nanotecnológicas pretenden disminuir el estrés de los soldados y aumentar su capacidad de movimiento en el campo de batalla. Otra ventaja teórica es que las nanotecnologías pueden aportar armas más limpias y seguras que causen menos daños colaterales que las convencionales, sin olvidar las capacidades experimentales de nanorobots espías. Sin embargo, la primera preocupación en lo que respecta al desarrollo de estas armas es la toxicidad. Productos que a niveles no moleculares no resultan tóxicos, permitidos incluso por los ministerios de sanidad en los alimentos, podrían ser enormemente tóxicos a nivel nanométrico. Según Signal, la nanotecnología va a suponer una gran revolución industrial que no será exclusiva de Estados Unidos, que aún va a la cabeza en este sector, sino que también se dará en otros países al mismo tiempo. Estados Unidos es uno de los países en los que más se está desarrollando la nanotecnología, pero China es especialmente ambiciosa en este campo. El número de ingenieros especializados en esta rama de la tecnología en China es mayor que en Estados Unidos, lo que supone un riesgo para los norteamericanos, que no podrán hacerle frente en 20 ó 30 años. La India también está investigando seriamente en este sector. Medidas preventivas Para evitar los posibles problemas derivados de este desarrollo, en cada nación deberían evaluarse las consecuencias del desarrollo de esta industria, y las necesidades legislativas. En Estados Unidos diversas empresas trabajan ya en nanotecnología, por lo que el desarrollo de este sector podría ser más rápido de lo esperado, y sus consecuencias aún no han sido medidas por las instituciones pertinentes. En lo que se refiere al terreno militar, la legislación debería ponerse en marcha rápidamente. Los peligros que entraña la nanotecnología no tienen precedentes. Según especialistas norteamericanos, el trabajo en nanotecnología en Arabia Saudí, por ejemplo, podría caer fácilmente en manos de al-Qaida o de cualquier grupo terrorista sin escrúpulos. Cualquier país podría hacer un uso inadecuado de esta tecnología puntera, con fines tan dañinos que no tendrían precedentes. ¿Cómo podrían legislarse una serie de armas invisibles? ¿De qué forma se podría controlar el daño que serían capaces de hacer? Por eso son necesarias cada vez más las políticas que controlen la nanotecnología, especialmente a partir de los próximos 15 años, advierte el Foresight Institute de Palo Alto, en California. La labor de este instituto es ayudar a preparar a la sociedad para hacer frente a las tecnologías más avanzadas, especialmente a la nanotecnología. De esta forma, la nanotecnología armamentística podría desestabilizar las relaciones internacionales, puesto que provocaría la imposibilidad de vigilar a los países enemigos, aumentaría la posibilidad de ataque a personas en vez de a lugares y también haría crecer el número de países con capacidad de destrucción global. Asimismo, podría acabar con el control de los países más poderosos. De confirmarse los escenarios nanotecnológicos previstos en el campo militar, donde la carrera por el liderazgo ya ha empezado, nos adentraríamos en una situación histórica inédita sobre cuyos peligros alertan cada vez con más claridad los expertos que investigan en este campo.
Soldados del Futuro
Desde hace siglos el hombre imaginó las más diversas formas de armar y proteger a los guerreros. En cuanto a los desarrollos concretos y actuales,la tendencia a concebir al soldado casi como una unidad robótica,intercomunicada con sus pares y equipada para el combate en cualquier terreno,ambiente y condición ,con armas cada vez más precisas y letales. Detrás de estos avances,sin embargo,el mayor desafío continúa siendo el de la vulnerabilidad,ya que dentro de los más modernos uniformes y de los sistemas más avanzados de guerra sigue siendo habiendo un ser humano. En este punto, la entrada en escena de la nanotecnología,que llevará al desarrollo de trajes especiales que cubrirían al soldado de la cabeza hasta los pies,protegiéndolo de las balas,implicará una verdadera revolución.
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